La pregunta que me han hecho desde que la famosa cuarentena inició es: ¿Qué hacías en el barco todos los días encerrado? ... Bueno, la respuesta es sencilla: coleccionar atardeceres.
Los viajes son como los atardeceres, si esperas demasiado, te los pierdes.
El Norwegian Epic estaba rumbo a San Juan, Puerto Rico y el día fluía como un día normal en un crucero. El protagonista de las noticias era el mismo: EL COVID-19. Ya todos los Crew Members y Huéspedes nos habíamos hecho a la idea de que, a raíz de todo lo que estaba sucediendo en el mundo en ese momento, había una amplia posibilidad de que, al llegar a San Juan, los huéspedes se bajaran y los Crew Members, nos quedaríamos adentro del barco, sin posibilidad de bajarnos y que, indefinidamente, íbamos a estar ahí adentro con varias restricciones ... Todo lo anterior, si es que nos dejaban llegar a San Juan.
Habían muchas especulaciones de que, al Norwegian Epic, no lo iban a dejar entrar al puerto en San Juan. Especulaciones que se volvieron realidad el Domingo, 15 de Marzo. A las 5:00 a.m, El Capitán recibe la noticia de que el Epic, no podía ingresar a San Juan y los más de 4000 pasajeros a bordo, perderían sus vuelos, reservas de hotel y demás, porque ahora tendríamos que irnos a otro puerto y estaríamos dos días en el mar mientras llegábamos al nuevo puerto.
Lógicamente, esos dos días fueron un caos para el Crew. Todos recibíamos quejas de miles y miles de viajeros, gente grabando con sus teléfonos todo lo que estaba sucediendo, muchos gritos y algarabías, filas y filas eternas para usar teléfonos o internet ... sin mencionar los turnos de 9 o 10 horas contínuas de trabajo para ayudar controlando la situación.
Cuando por fin todo se calmó y los pasajeros pudieron bajarse del barco, logramos descansar del estrés y el agotamiento de esos días.
Quería ponerlos en contexto de cómo pasó todo. Eso es solo el primer episodio de los miles que se escribieron el barco en los días siguientes.
Al principio, siempre había algo que hacer: teníamos películas, videojuegos, gimnasio y hasta clases grupales. Sin embargo, por cuestiones logísticas, todas esas actividades empezaron a terminarse por completo hasta que llegó el momento en que, honestamente, no había nada que hacer.
Pasaba el tiempo conversando con amigos, oyendo música, viendo películas en mi celular, tocando piano, guitarra o cantando con gente talentosísima como mi querida Keke Paternina, una chica súper talentosa, artística, con la vena musical a flor de piel y quien, sin querer queriendo, me convirtió en coleccionista de atardeceres.
Siendo una de sus actividades favoritas ponerse una cita con el sol todos los días, esta bella mujer siempre llegaba puntual a ver como las horas pintaban el cielo de diferentes tonalidades de azules, violetas, rosas fugaces y naranjas.
Recorriendo el barco encontramos un lugar ideal para ver los atardeceres: piso 14, hacia atrás del barco. Un lugar al que bautizamos "Nuestro Spot". Ese lugar también se convirtió en el fondo de varias de mis fotografías que, de hecho, puedes ver haciendo clic aquí.
Nuestro Spot, nos daba una vista casi que periférica y directa al lugar donde el sol empezaba a bajar. Y, al principio era una actividad que nos dejaba pensar en otras cosas diferentes al encierro del barco. Cantábamos canciones o aveces, tan solo guardábamos silencio mientras veíamos el sol bajando. Lo cierto es que, esos minutos, nos calentaban el corazón un poco y nos llenaban de nuevo de energías ... Algo que, en medio de todo ese caos, necesitábamos con urgencia.
Desde ese momento, decidí que quería tener un registro de atardeceres. Que valía la pena intentar mostrarles a mis familiares, amigos y seguidores, los colores tan lindos que llegamos a ver.
Atardeceres en Bahamas, en Miami, en Florida, en Algún Lugar del Mar, Jamaica ... Sé que hay muchos más lugares que los que les mencioné, pero, en esencia, son esos los lugares en donde disfruté de los paisajes más lindos.
Intercambiamos historias cuando mostramos fotos o videos. Ver atardeceres es una cita muy interesante y oportuna porque, por alguna razón, cuando guardas silencio y te concentras en ellos, la vida te hace reflexionar ... Un atardecer nos trae recuerdos de situaciones que vivimos, de pruebas que hemos superado o de pruebas a las que nos estamos enfrentando. Y puedo decir también, que hay personas tan maravillosas como un atardecer.
Colección de Atardeceres | Juan Felipe ©
Como estas fotografías, tengo muchísimas más. Todas y cada una de ellas con historias o canciones como base. Algunas de ellas también están llenas de lágrimas y preocupación por la fecha invisible y desconocida en la cual podría regresar a mi casa.
Por supuesto hay días en que extraño estar en el barco. Luego les contaré cómo fue llegar a mi casa de nuevo. Aún acá, en mi casa, algunas veces veo a la ventana y contemplo los colores y, como un relámpago, a mi mente llegan recuerdos, historias, personas, lugares ... Y mientras desaparece el último rayito del sol, cierro los ojos y me imagino de nuevo en aquellos lugares, junto a ESAS personas y digo: Valió la pena cada segundo que pasé mirando la ruta del sol.
Espero hayan disfrutado de este Post. Cuéntenme en mi Instagram @_YoJuan_ ¿ustedes qué cosas coleccionan?
Gracias por seguir viajando conmigo. ¡Vendrán muchos más!
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