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Un vuelo de 27 horas.

Julio 24 de 2014: "Juan, te vas para Corea del Sur mañana, en la madrugada". Eso me dije a mí mismo un día antes de volar hacia Corea del Sur.

Team 11 | Juan Felipe ©

Este fue sin duda uno de los viajes más largos que he hecho.


Yo tenía 18 años cuando mi Abuelo me dice que, desde la Embajada de Corea en Bogotá, estaban haciendo convocatorias para viajar 1 semana a Corea del Sur. Yo me emocioné porque, 3 de mis primos ya habían ido gracias a estas convocatorias. Tenía un poco de nervios mezclados con un poco de ansiedad, pero eso no me detuvo en absoluto, más bien, potenció mis ganas de ir.


Josue Orlando Bernal García, es mi Abuelo. Es Veterano de la guerra de Corea del Sur. Por ahí es donde empieza esta historia, con la joven versión de mi abuelo que decidió entrar al Batallón Colombia, para ir a Corea a ayudar en la guerra.

Mi Abuelo | Juan Felipe ©

Por supuesto que hay muchas historias que él nos ha contado y también hay otras que tal vez prefirió olvidar. Sostengo que las guerras las conocemos desde una perspectiva incompleta. Muy pocas veces, observamos todo el panorama completo.

"No deben de haber guerras porque, en las guerras sufrimos todos [...] La guerra es muy cruel"

Esto lo dice mi abuelo, como parte de un mensaje que dio al final de una entrevista que le hice. Es bueno conocer la historia. Viajar no solo sucede cuando empacas tus maletas y te vas a otro lugar del mundo. Viajar también sucede cuando escuchas a otras personas, cuando conoces su historia y la historia de otros lugares. Con el corazón también se puede viajar.

Recuerdos de una Guerra | Documental de Juan Felipe ©

 

Los requisitos que pedían en la Embajada no eran algo del otro mundo. Tenías que hablar inglés fluidamente, hacer un ensayo sobre la guerra y la historia del veterano e ir a sustentarlo a la embajada donde hacían una entrevista muy sencilla en inglés con preguntas sobre Corea y sobre tu ensayo. Y sí, sí lo leían.


Hay muchas cosas que la gente piensa de la mayoría de los países Asiáticos: que comen perro en todo lado, que comen cosas extrañas, que son antipáticos, que odian a los extranjeros y la lista continúa. Como dice mi amigo Viajero Christian Byfield en su libro: "el mundo, la gente y sus creencias".

South Corea | Juan Felipe ©

El 25 de Julio llegué a Corea, después de pasar casi que 18 horas en un avión de Korean Airlines.


Los vuelos largos son bastante difíciles porque, de estar tanto tiempo sentado, se te duermen las piernas, tienes que levantarte a caminar por el pasillo de vez en cuando y, si tienes suerte, no viajarás al lado de niños pequeños que, ya de plano, lloran desde que se suben hasta que se bajan. Ah, y si tienes el asiento del medio ... también es un poco tedioso. El vuelo pasó en medio de risas con mis compañeros de viaje, jugando cartas, oyendo música, viendo películas y durmiendo.


Al llegar al aeropuerto en Seúl, nos recibieron a los Colombianos como si fuésemos de un equipo de fútbol. La gente se nos acercaba y nos preguntaba si éramos jugadores de la Selección Colombia porque, íbamos con nuestras camisas futboleras.

Rumbo a Corea | Juan Felipe ©

Ese día en Seúl, nos recibieron con un poco de lo que le hace falta al mundo: Amor. A todas las personas que iban llegando las recibían como un viejo amigo recibe a otro que no ve hace décadas.


Con abrazos y sonrisas nos dijeron "bienvenidos a Corea, su casa por 1 semana". Nos agruparon con otros participantes de otras nacionalidades y nos enseñaron a decir Hola [Annyeong-haseyo] y Gracias [Gamsa-hamnida].


Posteriormente no dirigimos al lugar donde nos hospedaríamos y nos dieron una maleta, nuestro chaleco, un ID, un poncho para la lluvia que vine a usar cuando estaba en Bogotá y más nos dieron nuestra habitación. Yo compartía mi habitación con un Australiano que, en principio era un poco antipático pero, que después de socializar más, me apodó "colombianito amigo".


Los días siguientes fluyeron entre visitas a museos y lugares históricos, restaurantes y reuniones sociales con los veteranos de guerra en Corea y fiestas en el Campus que siempre terminaban en risas y con Coreanos intentando bailar salsa y haciendo muecas por el Aguardiente Colombiano.

Paseando por Corea | Juan Felipe ©

 

Es curioso y un poco extraño, pero cuando sales de tu hogar, y empiezas a viajar, siempre sueles pensar en que quieres ir a casa. Y luego vuelves y te das cuenta de que ya no es lo mismo, que algo cambió. Es la misma casa, tu misma habitación, la misma cama ... pero algo falta. Y es desde ese momento que empiezas a anhelar. A buscar cosas nuevas. Cosas que no están en ningún mapa.


Mi corazón ahora oscila entre los lugares a los que he ido. Amé Corea y su gente, su cultura y su comida. Volvería sin pensarlo dos veces. Creo que de eso se trata todo esto, de quitarnos esas etiquetas que le ponemos a las cosas que desconocemos.


Los dejo con esta conclusión: todos los viajes dejan algo positivo. Si viajas a un lugar que está en "mejores condiciones" que tu país, puedes aprender a mejorar el tuyo. Y si te lleva a lugares peores, a lo mejor aprender a disfrutar de lo que ya tienes.

Reencuentro | Juan Felipe ©

Este viaje me dejó experiencias maravillosas. Las palabras se quedan cortas para contarles todo.


Quiero compartirles este recuerdo. Este viaje, me permitió abrazar a uno de mis primos que decidió ir a vivir a Corea y que no veía hace bastantes años. Para mi suerte, el fotógrafo logró captar este momento y fue, el mejor de todos.


Nos leemos en un próximo post.


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